Los problemas evolucionan al igual que las empresas
Si alguién pensaba que los problemas en las empresas desparecen al crecer, nada más lejos de la realidad. En este artículo describiré como evolucionan los problemas y las empresas de forma paralela.A lo largo de esto blog, e muchas ocasiones os he comentado la necesidad que tienen las empresas de crecer, sobre todo las empresas de tecnología, pues ese crecimiento en muchas de las ocasiones, la única barrera de entrada que puede poner una empresa a sus competidores.
Es así. En mercados de poca protección, como el digital, ir un paso por delante de tus competidores en cuota de mercado o innovación es la única protección, y ese “paso por delante” significa crecer de forma muy rápida.
Existen además otros motivos por los que las empresas tienden a crecer más allá de las barreras de entrada. Uno de ellos es por el crecimiento de su propia industria en la que se encuentran, si mi mercado crece, y yo hago las cosas razonablemente bien, crecerá junto a él.
Otro de los motivos del crecimiento es porque no existen los crecimientos lineales, normalmente las empresas que crecen de forma lineal suave terminan desapareciendo por la entrada en el juego de otra empresa más agresiva en términos de crecimiento. Por tanto las empresas crecen y debe ser así.
¿Y qué pasa con los problemas? ¿Se mantienen?¿Desaparecen? pues no, evolucionan. Cuando una empresa crece y cambia, los problemas de gestión, administración, operaciones y otros, también cambian.
Analicemos los problemas por fases
Fase de lanzamiento: Problema de liderazgo
Como toda Startup, todo comienza con la idea de uno o varios socios fundadores al haber encontrado un problema o necesidad, y aportar una solución de valor. Esta es una fase empresarial de mucha creatividad y mucha carga de trabajo hacia los socios fundadores.
Eliminados los primeros inconvenientes o valles de muerte empresarial producidos por los pivotes oportunos, algunas startups terminan por validar su modelo de negocio y comienzan las primeras fases de crecimiento.
En esta fase, el principal problema que aparece en las empresas es el liderazgo. En muchas ocasiones el emprendedor apasionado de su idea, y eficiente en entornos de alto caos o incertidumbre, pierde la motivación en proyectos más estables, o bien, no tiene las capacidades adecuadas para manejar pequeños equipos de trabajo.
Es un problema de liderazgo, donde el socio más creativo y líder de producto imprescindible en las primeras fases, ya no lo es tanto. Son personas que llevan mal la pérdido del control absoluto, y extienden este problema a la organización.[/vc_column_text][vc_column_text]
Fase de crecimiento temprano: Problema de autonomía
Superados esos primeros niveles débiles de crecimiento, las empresas entra en una fase donde sus productos son consumidos ya no por innovadores, sino por los primeros early adopters.
Como el mercado de los early adopters es más grande, las empresas se encaminan hacia nuevas etapas de crecimiento sostenido. En esta fase empiezan a aparecer las primeras estructuras organizacionales, una comunicación más formal e impersonal, incentivos, objetivos, los primeros mandos intermedios que no son mano de obra, sino supervisores de la mano de obra.
El problema que aparece en esta fase es de autonomía. Es necesario un sistema jerárquico nuevo que requiere de mayor capacidad de delegación, sin embargo, en estas fases, las personas con las que se cuenta no suelen tener ni experiencia ni capacidad para realizar una delegación de forma correcta.
En esta fase los fundadores estarán formándose para atender a estas nuevas necesidades, y mientras tanto, el talento de la empresa se desilusiona y abandona.
Fase de madurez: Problema de control
Superados los problemas de autonomía, las empresas se encaminan a una nueva fase de crecimiento mucho más agresivo que la anterior, llegando su producto al frente del mercado masivo, con las ventas crecientes y los beneficios.
En esta fase aparece la necesidad de descentralizar la estructura de la empresa para aprovechar mejor los costes de las mismas. En esta fase, los mandos intermedios cogen mucha más responsabilidad y aparecen los primeros ejecutivos de alto nivel.
Es además una fase en la que la empresa busca diversificar el negocio con nuevos productos requiriendo también, mayores niveles de financiación. Una fase en la que esos primeros ejecutivos sienten perder el enfoque de todo el negocio por su diversificación, apareciendo un problema de control.
Ante este miedo de los directivos, en muchas ocasiones la solución buscada es una nueva centralización en la empresas, una estrategia de difícil implementación por la formación recibida años atrás de directivos y mandos intermedios, por lo que se terminan buscando nuevas formas de coordinación.
Fase de expansión: Problemas de burocracia
Superados los problemas de control, las empresas siguen su proceso de crecimiento por otros territorios y por otros mercados vendiendo su gran cartera diversificada de productos.
Esta fase se caracteriza por complejas estructuras en divisiones, con unidades de negocio completamente independientes, pero coordinadas por eficientes procesos de control, que normalmente terminan en cuadros de mando centralizados, analizados por ejecutivos de alto nivel, y controlando la estrategia de una forma muy analítica.
Esta fase se caracteriza por la gran cantidad de procedimientos formales creados para las operaciones, las comunicaciones, y hasta para cenas de empresas o la salida a los lavabos por parte de los trabajadores. En esta fase de crecimiento aparecen los problemas de la excesiva burocracia.
Es un problema grave, pues hace a las empresas sumamente lentas antes los cambios, poco ágiles y muy conservadoras. Los mandos intermedios empieza a tomar decisiones sobre mercados locales que no entienden, y en los que nunca han estado. Cualquier acción requiere de un informe. Es la muerte de la creatividad.
Fase de colaboración: Problemas de aprender a desaprender
Las empresas que superen los problemas burocráticos, serán grandes firmas internacionales, rentables, pero con crecimientos muy lineales, y si os acordáis de lo que decíamos al principio, las empresas con crecimientos lineales, en el tiempo, tienden a desaparecer, pero ¿Si ya no se puede crecer más? ¿Si las estructuras no pueden ser más complejas? ¿Qué queda por hacer?
Pues queda la escisión, la separación, la spin-off. Quedan de nuevo las Startups. Las empresas en esta fase, ante los límites de sus propias estructuras, tienden a separar sus modelos de negocio generando estructuras jerárquicas en red con gran compromiso de colaboración entre ellas, pero actuando como elementos independientes del mercado.
En esta fase, las empresas tienen el problema de no saber como gestionar la creación de nuevas empresas. Tienen el problema de aprender a desaprender. Los directivos no han recibido la formación adecuada para manejar empresas pequeñas y muy operativas con bajos niveles de presupuesto y personal.
Es en estos momentos en los que de nuevo aparece la figura del emprendedor, del apasionado del caos, del perfil que se mueve bien en entornos de alta incertidumbre. Es el momento de empezar de nuevo. Como veis, los problemas de las empresas evolucionan de forma paralela, y en cada fase, roles de personas distintas tienen su momento de mayor valor.
Es la evolución natural de las empresas nacer y crecer, para volver a nacer. Es así. Es natural y lógico. Es lo bonito.
Gracias. Seguimos!
5 razones para pensar primero en el “Quién” y después el “Qué” | Pascual Parada - Consultor de estrategia digital y de crecimiento. Mentor y formador de emprendedores y Startups.
5 septiembre, 2016 @ 22:41
[…] de los problemas que tienen las empresas en fases de crecimiento es la gran cantidad de burocracia y procesos que generan, y que en algunos casos he vivido como […]