Parece un capítulo de hashtag#BlackMirror pero no lo es. Hace unos días hablaba con un alumno y me contaba que había hecho su CV completo con Gemini y que lo había hecho así porque los evaluadores son también algoritmos de IA. Aquí hay un tema importante a resaltar: cuando una persona hace un CV siempre incluye matices que otra persona (evaluador) valorará de él, pero ¿Y si el evaluador es una IA? Parece tener sentido pensar que una IA incorporará igualmente matices a ese CV que otra IA valorará de forma positiva.
En este vídeo, comparto cinco técnicas de razonamiento de Julia Galef y su obra “La mente del explorador”. Entendí que es absurdo juzgar una decisión solo por su coherencia, porque tendemos a ver nuestras propias decisiones como coherentes. Lo clave es ir al “mundo de las hipótesis” para construir escenarios que me ayuden a ver si mi decisión es realmente razonable o si estoy cometiendo errores.
Estas cinco técnicas serán tus herramientas para lograrlo: (1) Test del Doble Rasero: ayuda a ver si aplico el mismo criterio en situaciones similares o si mi juicio cambia solo por el contexto; (2) Test del Advenedizo, al imaginar que alguien nuevo toma la decisión, ganas objetividad y evitas el sesgo del coste perdido, que te impide ser objetivo por lo ya invertido; (3) Test de Conformidad: ¿Hasta que punto tus opiniones son tuyas? (4) Test del Escéptico selectivo, que te hace reflexionar si doy más credibilidad a quienes me alaban que a quienes me critican, sin basarme en evidencias; (5) Test del sesgo situacional: al imaginar que la decisión ya está tomada, rompes el miedo a perder tu situación actual, clave ya que el dolor por la pérdida suele ser mayor que la alegría por la ganancia.
Estas son técnicas mentales para llevar tu razonamiento caprichoso y aleatorio a una reflexión consciente, activando tu pensamiento crítico. Recomiendo empezar por la que parezca más útil o fácil.
La realidad es vasta y compleja y nuestra percepción de ella es muy limitada. Sólo vemos una parte de todo lo que nos llega del mismo modo que sólo oímos una parte de lo que nos llega.
Se pueden aumentar las capacidades cognitivas gracias a la IA Generativa. Si, se puede. Pero sería muy banal decirle a una IA como ChatGPT o Gemini que pronostique un suceso futuro. No, esto no se hace así.
Aprovechando un suceso inaudito como el de ayer en España y Portugal, de apagón energético cero, he creado un vídeo en el que te explico como poder utilizar GenAI junto a metodologías de razonamiento y pronósticos de sucesos para potenciar tus capacidades cognitivas.
Estoy trabajando en un sistema multiagente para potenciar ciertas capacidades, pero de momento, en este vídeo te dejo una muestra que puedes poner en marcha tú mismo😉.
No, no todo vale cuando se está preparando una clase de formación. Tener un conocimiento experto sobre un tema, por muy profundo que sea, no te valida como formador experimentado, no lo eres. Pero sí que puedes serlo siguiendo algunas sencillas recomendaciones que te expongo tras todos estos años de experiencia como docente.
Eso es al menos la conclusión a la que llega un estudio realizado por investigadores de varias universidades de China y cuyo enlace dejo más abajo. A través de un experimento, los investigadores formaron dos grupos diferenciados: en el primero, los estudiantes debían interactuar con sistemas de inteligencia artificial generativa, mientras que en el segundo grupo, los alumnos entablaban conversaciones entre ellos. Este diseño experimental permitió comparar los efectos de ambos tipos de interacción en la resolución creativa de problemas.
He oído en multitud de ocasiones que la polarización es una forma de manipulación social, y acepté como verdadera esta premisa por intuición pero sin llegar a tener una argumentación sólida al respecto. Creo por fin haberlo entendido y lo escribo aquí para ayudar a otros, pero también para ayudarme a mí mismo. Y es que cuando escribimos una idea, la ordenamos y la asimilamos.
Es un hecho que desde los poderes políticos, sociales y económicos se nos empuja hacia la polarización, es decir, a pensar de forma simplificada la compleja realidad del mundo eliminando alternativas intermedias y dejarnos solamente con dos opciones ¿Por qué?
Durante la revolución industrial aparecieron varios autores con ideas nuevas sobre la organización del trabajo en las empresas que motivaron un cambio que en parte aún conservamos hoy día. Así, Frederick Taylor estudio cómo aumentar la eficiencia adoptando una visión científica con aportaciones como la división del trabajo en tareas como si cada trabajador fuese una pieza de la gran máquina que es la empresa. Henry Ford llevó la idea de Taylor al extremo creando el sistema mecánico de fabricación de automóviles que, en parte, aún sigo en activo. Y por último, Max Weber propuso una visión de la empresa basada en reglas, jerarquías y procesos estandarizados.
Todos estos autores formaron la base de la visión mecanicista del trabajo que concibe a las personas como engranajes de una máquina organizativa con funciones específicas, repetitivas y estandarizadas. Es cierto que en la actualidad las organizaciones son más humanas, flexibles e innovadoras, pero aún quedan muchas de las ideas mecanicistas en la dirección de empresas. Históricamente, se ha tratado que las personas trabajasen como máquinas.
Esta mañana leía una publicación de Miguel Angel Díez Ferreira en el que aborda el problema de la tendencia a prescindir de los middle managers por parte de las empresas, sobre todo si superan los 50 años de edad. Esto está pasando en EEUU, y no dudes de que ya ha empezado en España, con la diferencia de que aquí el tamaño de las empresas es más pequeño, aún así, nadie se escapará.
Parte de la solución a esta situación pasa de manera irremediable por el reacondicionamiento de las propias skills, y para ello tenemos una tecnología disruptiva como es el caso de la IA Generativa (GenAI) que podemos y debemos utilizar con criterio a nuestro favor.
Una de las skills que podemos mejorar con GenAI es la toma de decisiones. Un reciente estudio ha llegado a la conclusión, con evidencias empíricas (con datos), de que la integración de la IA en la toma de decisiones estratégicas mejora de forma significativa (y no por azar) la forma en que las empresas formulan y evalúan sus estrategias.
GenAI aporta valor a la toma de decisiones de la siguiente forma: (1) La IA puede generar gran número de ideas iniciales para un problema determinado (proceso de divergencia); (2) Además, GenAI tiene la capacidad de tomar ese gran número de ideas para combinar, modificar y eliminar y dar como resultado un número de posibles soluciones que nosotros como humanos podemos asumir para reflexionar (proceso de convergencia); (3) Una vez que tenemos una posible solución, se puede usar GenAI para evaluar posibles estrategias; (4) Incluso podemos utilizar GenAI para que adopte roles y técnicas de análisis crítico como el análisis premortem o la Valla de Chesterton de las que ya os he hablado en alguna otra ocasión.
Conclusión: Si eres middle manager en España y te preocupa tu futuro, pero no quieres ponerte a desarrollar IA para ser atractivo, no hace falta, sólo tienes que saber utilizarla para potenciar tu conocimiento y todo lo que ya sabes hacer. No inventes, reacondiciona tus fortalezas (vamos, que si quieres inventar, pues inventa, quién soy yo para decirte lo que tienes que hacer…)
Las personas por norma general sentimos arraigo ha pertenecer a un grupo, pero en muchos casos esto penaliza nuestra capacidad de sentido crítico. Por ejemplo, en un grupo de amigos siempre hay un “listillo” al que se deja de llamar. En el entorno familiar en muchos casos uno no se pone al lado de ese cuñado que tanto sabe, y si hablamos del entorno laboral, el tema se complica porque siempre hay un compañero que sobresale del resto.
Historiadores como Livio relatan la historia de un gobernante que “cortaba las cabezas” de las plantas más altas para simbolizar la necesidad de eliminar a aquellos individuos que sobresalían demasiado. Así apareció el síndrome de la amapola alta (tall poppy syndrome) para describir un fenómeno social en el que las personas con talentos sobresalientes son criticadas, despreciadas o atacadas por el simple hecho de destacar por encima de sus pares.