Una buena noticia para el talento español, pero no tanto, para la competitividad española
Es de sentido común, nuestros estudiantes comienzan a contagiarse de un estado de desánimo general, que se respira en las universidades españolas. Y es que no es para menos, cada vez más, cada uno de ellos empiezan a dudar sobre las posibilidades de desarrollar una carrera profesional de interés dentro de nuestras fronteras.
El entorno es desalentador:
- Una tasa de paro preocupante
- Salarios profesionales muy por debajo de nuestros socios europeos
- Empresas españolas con gravísimos problemas para mantenerse en un mercado globalizado y de gran competitividad
Quizás aún no nos demos cuenta de las graves consecuencias que una salida masiva de talento español puede provocar en nuestra economía, por empezar se me ocurren:
- Aumento de la competitividad de nuestro país con el resto de Europa
- Pérdida paulatina del peso innovador (las subvenciones no nos salvarán de ésta)
- No tendremos el control de las grandes empresas manufactureras de nuestro país (luego vienen las deslocalizaciones, EREs y demás)
Con esto, lo que parecía una gran noticia para nuestro país, no lo es tanto. En cambio, sí lo es para nuestros profesionales ingenieros, que van a poder emprender la mejor salida profesional que somos capaces de darles.
Sólo nos queda esperar que vuelvan…