LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO Y DEL INDIVIDUALISMO
Os dejo dos artículos que escrito recientemente en mi perfil de Linkedin sobre una reflexión que parece estar pasando en nuestra sociedad y que no debemos dejar de atender.
DE LA SOCIEDAD DISCIPLINANARIA, A LA SOCIEDAD DEL RENDIMIENTO PARA TERMINAR EN LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO
Tengo 45 años. Mi edad me permite tener contacto habitual con tres generaciones distintas muy cercanas en cuanto a lo personal como a la mayoría de las personas nacidas en ésta época. Tres generaciones distintas en cuanto a motivaciones, valores, obligaciones y derechos que conforman tres sociedades distintas – ni mejores ni peores – sobre las que me gustaría lanzar una breve reflexión.
La generación de mis padres creo una sociedad disciplinaria formada por hospitales, fábricas, cárceles y cuarteles entre otros. Una sociedad caracterizada por la prohibición, en la que la expresión más habitual era “no se puede”. Si hablas con esta generación, aún los oirás decir que no se puede hacer una o tal cosa por diversos motivos: culturales, legales, etc. Esta sociedad generó personas que aceptaban las normas, y que la libertad que tenían tras duras jornadas de trabajo les permitía una vida, en parte, plena.
Mi generación, ha creado una sociedad del rendimiento formada por grandes edificios de oficinas, gimnasios, franquicias de comida rápida y viajes en muchos casos estresantes. Una sociedad caracterizada por la expresión “yo puedo”. Mi sociedad ha cambiado los proyectos, la iniciativa y la motivación por la prohibición y el mandato de la sociedad anterior. Nos explotamos a nosotros mismos, somos a la vez explotador y explotado, y además, somos muy disciplinados en esto. Nuestra libertad es muy ajustada y es boicoteada en gran parte por nosotros mismos. Es en parte la sociedad de la depresión y del burnout. En esta sociedad llegamos a pensar que cuanto más activos somos, más libres seremos. ¡¡Qué gran error por mi parte!!
La generación de mis hijos es una sociedad del cansancio formada por continuas crisis económicas, redes sociales, habitaciones compartidas y tecnología digital de todo tipo y en todos los campos. Es una sociedad caracterizada por la expresión “en plan…no sé qué quiero ni que debo hacer”, y es una sociedad apática, difusa y en la que los niveles de esperanza y expectativa son más bajos que nunca. Es quizás la sociedad de la regresión por una falta de objetivos vitales. En esta sociedad las personas se exhiben en redes como si fueran mercancía (quizás en la mía hago yo también algo de esto…). En esta sociedad, no llego a entender cuál sería su comprensión del concepto de libertad.
Es sólo una reflexión, tengo como casi siempre más preguntas que respuestas. Tampoco sé si tengo que hacer algo o no, bueno, quizás empiezo a entender que debo ralentizar mi ritmo para aprender a mirar y pensar de forma significativa. ¡¡¡Parece que voy a empezar por aquí!!!
POR QUÉ EL INDIVIDUALISMO NO ES BUENO, Y CÓMO NOS EMPUJAN HACIA ÉL
Somos personas sociales y de equipo desde el inicio de nuestros tiempos. Como tribus prehistóricas, cazábamos en equipo o no se comía. Además, las mejores ideas de progreso, innovación y desarrollo siempre han venido de ideas inspiradas en otras, o mejor aún, discutidas y debatidas en grupo.
Numerosos estudios actuales muestran alarmantes índices de depresión, angustia, enfermedades mentales y alteraciones del ánimo de una sociedad individualista. La propia Theresa May decretaba en 2018 la soledad como el verdadero problema británico. El individualismo aumenta la necesidad de terapias y lectura de autoayuda, una industria que ha pasado en unos años de tan sólo unos pocos ejemplares a más de cien mil títulos. El individualismo aumenta también la necesidad de coachs, terapias de acompañamiento para sacar el mayor rendimiento y felicidad de uno mismo. Numerosos estudios sociológicos (Ashis Nandy) apuntan a la relación directa entre el aumento del individualismo con el incremento de suicidios y depresión. Autores como Bergsma y Veenhoven reconocen que el individualismo tendría una correlación la sensación de vacío, narcisismo y desesperación. Y esto ocurre tanto en países desarrollados como no desarrollados.
Por si esto fuera poco, parece que el mundo está en nuestra contra y que se nos empuja desde diferentes frentes a ser individualistas. Desde la psicología, el movimiento se psicología positiva se aferra a la idea de que la felicidad sólo depende de uno mismo, de nuestra genética y voluntad, y en muy poca medida de las circunstancias externas. Si el mundo exterior no es como te gustaría, refúgiate en tu mundo interior, dicen. Si no tienes dinero quizás deberías cambiar la importancia que le das al dinero, dicen.
Desde el mundo tecnológico, son muchos los estudios que dicen que un efecto de las redes sociales es el aislamiento. El negocio de las redes sociales está en captar nuestra atención, no en que conectemos con otras personas (si no fuera así, apps como whastapp ya habría incluido en su funcionalidad cuáles de tus amigos están cerca para tomarte unas cañas). El movimiento del Metaverso está para aislarnos, para adentrarnos en un mundo digital donde las reglas las escriban ellos (por supuesto, todas estas tecnologías tienen su parte positiva).
Desde el mundo político, a menor concentración y mayor dispersión mayor control. Según Michele Lamont, los individuos de sociedades neoliberales deben buscar en su interior la fuerza de voluntad para salir de las distintas crisis económicas. ¿Para qué unirnos en nuestras propuestas? ¿Para qué buscar personas con nuestras mismas ideas? ¿Para que luchar por la injusticia social?
¡¡¡¡Parece una auténtica aberración!!!! Si la semana pasada escribía sobre los problemas de la sociedad del cansancio, parece que la idea de buscar la solución en nuestro interior no es la adecuada.
¡¡¡¡Seguimos avanzando!!!!
Enrique
22 febrero, 2024 @ 13:54
Muy cierto, duras palabras que nos muestran la realidad en la que vivimos hoy y tenemos que buscar cambiar. Yo personalmente, pienso que con la pandemia nos recordó que no podemos siempre ser tan individualistas, por que en realidad somos más interdependientes. Pero nos encanta pensar lo contrario, sin darnos cuenta de que somos parte de un sistema, nos guste o no.
Muchas gracias por compartir esta reflexión Pascual. Pregunta ¿Te has leido el libro de Augusto Kury? Me parece que se llama Ansiedad: cómo combatir el mal del siglo. Habla mucho de lo que mencionas en tu articulo y creo que podría gustarte.
Por cierto, te cuento que te envié un mail a tu cuenta de IEBS. Cuando puedas revísalo.
¡Un abrazo y gracias por aportar tanto valor en tu blog!
Pascual Parada
27 junio, 2024 @ 11:43
Gracias por tus comentarios Enrique, y gracias por tu aportación de lectura que no conocía, lo buscaré!!!!
Roberto Pérez Marijuán
20 marzo, 2024 @ 18:45
No se porqué me da que cuanto más mayores nos hacemos, quienes hemos vivido el nacimiento y desarrollo de la tecnología, más conscientes nos estamos haciendo de la parte negativa en la que estamos cayendo.
Parece ser que las maravillosas herramientas que nos han sido dadas, las estamos utilizando más en nuestra contra a nivel social, con el resultado que vemos a nivel individual.
¿Podremos poner remedio individualmente, lo tendremos que hacer de forma colectiva?
Tras la sociedad del cansancio ¿Cuál vendrá?
Como siempre, muchas más preguntas que respuestas.
Pascual Parada
27 junio, 2024 @ 11:42
Hola Roberto, exacto, siempre más preguntas que respuestas, pero esto es humildad y reconocer que lo que no sabemos es mucho más de lo que sabemos. La situación actual tendremos que empezar a solucionarla desde lo individual para que luego puedan surgir grupos y comunidades.
Y por otro lado, ¿Qué vendrá? no lo sé, pero no tiene por qué ser necesariamente malo. Mira mi última publicación de Novomind en la que hable de nuestro sesgo sobre idealizar el pasado como un momento temporal mejor que el presente.
Maria del Mar
6 abril, 2024 @ 10:37
Buenas tardes Pascual , acabo de leerle este artículo en tu blog, de la sociedad disciplinaria, a la sociedad del rendimiento para determinar en la sociedad del cansancio , me ha parecido muy interesante y cuantas razón llevan tus palabras, solo falta encontrar las claves para evitar ese cansancio.
Un saludo cordial,
María del Mar
Pascual Parada
27 junio, 2024 @ 11:10
Hola María del Mar, encontrar esas claves para evitar el cansancio es complicado, y casi personales de cada uno, pero me atrevo a darte algunas recomendaciones: (1) No te boicotees a ti misma, aún con ambiciones, toma tu el control de hasta donde quieres llegar en tu entorno profesional y personal; (2) Relativiza, todo tiene una importancia relativa, descubre cuál; (3) Huye de mensajes simplistas de autoayuda, si te metes en ese mundo es para hacerte reflexionar, pero no te recomendaría seguir sus consejos al pie de la letra; (4) Vive, disfruta, rie y sobre todo, sé consciente de los buenos momentos, esos no te las quitará nadie. Saludos!!!!