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La estrategia de los retos

[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”2979″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Los retos son una potente herramienta estratégica para pagar un precio fijo por una necesidad de innovación más allá de las fronteras de nuestras empresas.

En 1919, el millonario Raymond Orteig envío una carta al Aero Club de América con el siguiente reto: “Pagaría 25.000$ para el primer aviador que cruzase el Atlántico sin escalas de París a New Yor, dejando el resto de detalles a su cargo”. 8 años después el aviador Lindbergh logró el reto, pero fue mucho más grande lo que consiguió el creador de dicho reto: generar toda una nueva industria sobre la aviación de más de 300.000 millones de dólares de la que él se llevo gran parte del negocio.

Los retos forman parte del futuro de la nueva economía colaborativa, para la gran mayoría de las personas ya no es suficiente comprar algo, ni tan siquiera es suficiente participar de esa creación, quieren resolver problemas ellos mismos. En el mundo desarrollado, las nuevas motivaciones de las personas, y siguiendo la pirámide de Maslow, son las necesidades de reconocimiento y las de auto realización.

Los retos funcionan porque las personas tenemos una mente cada vez más competitiva, nos gusta competir para ganar, además, el ser humano está diseñado para superar objetivos difíciles, y esto lo hemos conseguido tras miles de millones de años de evolución en los que hemos superado los retos más difíciles de la vida.

Pero, ¿donde está el valor de los retos para las empresas?

[/vc_column_text][vc_column_text]El poder estratégico de los retos para las empresas

Un reciente informe de Mckinsey decía: “Los premios pueden ser el acicate que produce una solución revolucionaria“. Dicho de otra forma, la creación de retos por parte de las empresas pueden ser una gran fuente de innovación, de innovación barata. La Open Innovation trata jústamente de esto, de abrir los procesos de innovación de las empresas a personas de fuera de las empresas con todas las ventajas que esto conlleva, y no sólo desde el enfoque económico, sino también desde el valor de las mismas innovaciones o las distintas formas de llegar a la innovación.

Cuando una empresa lanza un reto, obtiene varias ventajas:

  1. En primer lugar pone precio fijo al coste de la innovación, que será el premio al equipo ganador.
  2. Atrae a las mentes más prodigiosas que trabajarán para solucionar el problema buscando en muchos casos el mero reconocimiento. ¿Porqué pagar las nóminas de un pequeño departamento de I+D cuando podemos tener acceso a miles de investigadores del mundo?
  3. Más allá de la solución premiada, las empresas obtienen cientos de formas o ideas sobre cómo solucionar un problema.
  4. Permiten eliminar los cuellos de botella en los departamentos de innovación, normalmente escasos.
  5. Obtienen un gran difusión, y por lo tanto, mejora su posicionamiento de marca. Además, este tipo de proyectos son vistos en numerosas ocasiones como retos sociales, con lo que ello conlleva.

[/vc_column_text][vc_column_text]Características de un buen reto

Existen ciertas características que las empresas deben cumplir en su estrategia de retos hacia la sociedad, entre ellas:

[/vc_column_text][vc_column_text]Ejemplo de plataforma Open Innovation relativa a los retos

Hero X es una plataforma de retos mundiales, en esta ocasión, empresas, gobiernos u otras entidades públicas y privadas publican cuáles son los problemas que tienen y esperan las soluciones de la comunidad. A cambio, el ganador recibe una compensación económica.

Si bien es cierto que la creación de retos no es nuevo, y por supuesto no es la panacea, sí que es cierto que nuestra sociedad cada vez es más propensa a participar en acciones colaborativas como éstas en las que las personas han tomado un papel más activo en la creación del futuro en el que quieren vivir.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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