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No venden tus datos, venden tu comportamiento futuro

Tengo una buena y una mala noticia. La buena es que las grandes empresas tecnológicas como Google y Facebook no van a vender tus datos personales y/o de interacción con sus plataformas. La mala notica, es que han conseguido un nivel de analítica tan avanzado que, gracias al análisis a escala de tus datos y de millones de usuarios, lo que venden es tu comportamiento futuro.

Esta es uno de las conclusiones del trabajo de Shoshana Zuboff en su obra “La era del capitalismo de vigilancia“. Según la autora, estamos ante una nueva era del capitalismo en el que los datos se han convertido en la gran materia prima en un nuevo mercado donde nosotros, no somos el producto, sino la mina de extracción sobre la cual predecir un comportamiento futuro que poder vender a otros (empresas).

El contexto sobre como Google ha llegado a dominar el arte de la predicción

Google no es la única empresa que vende nuestro futuro conductual, pero si se le otorga a ella su invención. Fundada en 1998 por Larry Page y Sergei Brin, desarrollaron un motor de búsqueda de información en un momento en que la red de Internet comenzaba a forjarse. Su motor de búsqueda guardaba la información que cada usuario insertaba en la caja de texto, pero además, guardaba otros datos el número de palabras escritas, la ortografía o el tiempo que tardaban en escribirse. Si bien es cierto que estos primeros años no le dieron valor, un ingeniero descubrió que realizando un análisis gracias a la inteligencia artificial de esos datos secundarios, éstos proporcionaban información sobre el comportamiento humano. Lo que antes no valía, se convirtió en el centro de atención de los fundadores. A más consultas, más aprendía su buscador, y más útil era para las personas.

Los fundadores, presionados por los accionistas de Google por lo malos resultados de la empresa, en el año 2.000 aceptan introducir publicidad en sus buscador, y no lo hacían de cualquier forma, sino que gracias al conocimiento que tenían del comportamiento humano con su buscador y los datos que extraían, pronto se volvieron los mejores al hacer match entre productos y lo que cada persona en particular deseaba o iba a desear en el futuro. Fue el principio de la publicidad dirigida gracias al rastro digital de datos que cada uno de nosotros generamos.

Google maximizó los ingresos reservando su mejor posición al anuncio que más probabilidad tiene de que una persona en concreto bien segmentado haga click en él. A partir de ese momento y hasta hoy, el objetivo de Google ha sido y es siempre el mismo: Lanzar todo tipo de herramientas (Gmail, Android, etc… ) y dispositivos (Asistentes personales, smarphone, etc…) para rastrear nuestros datos y deducir nuestro comportamiento actual y futuro, es lo que Zuboff denomina excedente conductual.

Google asegura a las empresas que hará lo que haga falta para transformar el misterio natural del deseo humano en un mero hecho científico. Pero Google no es la única, Facebook copia su modelo al poco de nacer, y el “alumno” se ha convertido en “maestro”.

Es importante decir que no hay determinismo en nada de esto, dicho de otra forma, que la tecnología no nos abocaba a la vigilancia a la que estamos sometidos. Según Zuboff, la era de la vigilancia es una invención deliberada y muy lucrativa. Sin precedentes.

Cómo funciona el capitalismo de vigilancia

Veamos algunas del capitalismo de vigilancia tal y como lo explica su autora, para entenderlo de manera global:

Conclusión

Establécela tu mismo, pero sea cual sea, deberíamos empezar a reflexionar sobre cuál es el rastro digital que dejamos, y como deberíamos construir las regulaciones, normativas y principios que estos grandes gigantes tecnológicos han de cumplir para poder así construir la sociedad de futuro que deseamos. No es baladí. Nos sacan años de ventaja. Nunca las corporaciones tecnológicas han tenido tanto poder como hasta ahora, nunca hasta ahora han tenido tal nivel de data madurez.

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