[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”2755″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Como han cambiado las cosas desde hace pocos años atrás. En los años 90 el tener un coche propio con 18 o 20 era lo que todos los adolescentes querían. El coche era el elemento más representativo de clase social.
Sin embargo, estoy hoy día ya no es así. La llamada generación Millenials ha encontrado en los smartphone una forma más económica de mantener un estilo y una clase social.
Este hecho se ha visto reforzado por la dura situación económica de los jóvenes que veían, y ven, como sus cuentas bancarias no podrían soportar un gasto semejante, y por ello, han visto en plataformas como BlaBlaCar y Uber la solución a sus problemas de transporte.
Ante esta perdida de atractivo para los más jóvenes en cuanto a los turismos, la industria automovilística se ha movilizado a lo grande, y en un tiempo record. La gran mayoría de fabricantes han introducido importantes elementos tecnológios de comunicación, como las plataformas Android Auto y Apple Car Play, que convierten a los automóviles en una extensión de los móviles.[/vc_column_text][vc_column_text]Y es a este punto donde quería llegar. Puesta en marcha la maquinaria tecnológica por parte de los grandes fabricantes en automoción, puede que ya no tenga fin. Tras estas incorporaciones tecnológicas, los fabricantes han visto de nuevo como repuntaban sus ventas este mismo año, y se han dado cuenta de que la clave es la tecnología, y no quieren parar.
El ejemplo más reciente de esta idea de innovación tecnológica ha ocurrido recientemente con el viaje que ha realizado el Citroen C4 Picasso, recorriendo una larga distancia desde Vigo hasta Madrid en modo de conducción autónoma.
Ya no es Google el único loco sobre la idea de la conducción autónoma, sino que los fabricantes la ven como un filón para sus ventas en el medio plazo. Y digo medio plazo porque se espera que esta tecnología este muy depurada y sea completamente comercial en menos de 15 años.
Se prevé que la tecnología irá imponiéndose por fases. En las primeras, la figura del conductor será aún decisiva en su papel de controlador, y posiblemente sólo puede utilizarse en grandes autovías y autopistas. En estas fases sólo habrá algunos modelos, pero años más tarde, llegará a los vehículos comerciales, y cada vez más, en modos de conducción de mayor autonomía.
Es cierto que quedan muchas cosas por resolver, como la legislación o los seguros, pero me pregunto si un niño que nazca hoy necesitará aprobar un examen de conducir para poder llevar un automóvil dentro de 18 años.
¿Tú qué piensas?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]