La semana pasada me llamó Fede Durán para colaborar en una publicación del Diario El Mundo sobre las distintas estrategias de las redes sociales actuales, aprovechando la aparición de la nueva red social de Meta.
Llevamos un tiempo sin nuevas plataformas
No es exactamente así, porque sí que han aparecido en los últimos años nuevas redes sociales, lo que ocurría es que las grandes tecnológicas no querían ser protagonistas quizás porque consideran que el mercado actual, con las reglas actuales ya está maduro, y las posibilidades de crecimiento son escasas, y costosas.
Además, a esto se le suma que otras tecnologías están acaparando toda la importancia mediática, dejando poco espacio para el resto. Cambiar a millones de personas de una red a otra no será nada fácil sobre todo por el sesgo del coste perdido: “después de tantos años incorporando datos de mi vida a esta plataforma (historias personales, fotos, vídeos, etc.) no estoy dispuesto a perderlo todo sólo por algo igual con otro nombre”.
El problemas de la privacidad de los datos
Las redes sociales han cambiado mucho desde sus orígenes, ya no son ese espacio digital donde uno puede encontrar a sus amigos o personas afines, sino que es un lugar de vigilancia. Shoshana Zuboff lo describe como la era del capitalismo de vigilancia, y es que las redes sociales nos espían hasta el último aliento digital, y con algoritmos de analítica predictivo, deducen nuestro comportamiento futuro y se lo venden al mejor postor.
Esto funciona así, lo sabemos desde hace tiempo, existe la sensación de que damos a las grandes empresas tecnológicas más de lo que ellos nos dan. La pregunta es si como usuarios estamos dispuestos a dar mis datos a cambio de servicios gratuitos.
La Web 3 y sus filosofía de descentralización gracias a la tecnología Blockchain viene a cambiar esto, o al menos a intentar cambiarlo. La idea es que una red social puede ser una gran DAO (Organización Descentralizada Autónoma) en la que al no haber una empresa intermediara, la dirección y el control de la plataforma pertenece a la comunidad. El concepto es tan idílico que es complejo de alcanzar, pero la comunidad de software libre y otras, pueden conseguirlo con persistencia. Bluesky es un ejemplo de este concepto.
Los más jóvenes dicen ser inmunes a la privacidad, dicen que eso no va con ellos, pero creo que esta idea se debe precisamente a su juventud, y que con el paso de los años, matizarán esa forma de pensar y ver el mundo digital.
El formato del contenido
El formato del contenido es clave en el cambio de modelo. Empezamos por texto, seguimos por imágenes y ahora el rey es el vídeo, en particular, el vídeo corto. En esta evolución de las redes sociales (texto -> imagen -> vídeo -> shorts) se aprecia como ha ganado la cantidad con respecto a la calidad. A un usuario medio hoy día le cuesta mucho más concentrarse y prestar atención para entender un concepto de complejidad media. Hemos perdido capacidad de reflexión como sociedad en general, pero parece que a los propios usuarios no les preocupa. Sé de forma consciente, que este post, que estará formado de medio por unas 800 palabras será difícil de digerir para muchos usuarios de la red, creo además, que ni siquiera llegarán a este punto (si es que les ha mostrado interés el tema).
Algunos expertos, o interesados, dice que la próxima gran red social será en un mundo virtual 3D, en el Metaverso, pero se me antoja lento y costoso. Creo que llegará, pero necesitamos mas tiempo para que la tecnología que lo mueva sea capaz de interconectarse y, así, no depender de nuevo de una empresa como Meta. De hecho, creo que el usuario a escarmentado y todo lo que promueva Meta será de difícil adopción. Ójala y no me equivoque mucho en esto.
Quizás la red social del futuro no tenga que ver tanto con el Metaverso a modo de mundo 3D, sino con tecnología de Realidad Aumentada y bajo un sistema descentralizado. Quizás el contenido de la gran próxima red social sea más la realidad y no tanto la caracterización.