EL EFECTO DUNNING-KRUGUER PARA DETECTAR CHARLATANES
Como experto en cognición y análisis crítico, quiero compartir con vosotros una herramienta fundamental para mejorar nuestra capacidad de discernimiento: el efecto Dunning-Kruger. Este concepto, que me resulta particularmente útil en diversos aspectos de mi vida, proviene del estudio realizado por los científicos David Dunning y Justin Kruger con sus alumnos. En su experimento, evaluaron diversas áreas de conocimiento como el razonamiento, el humor y la gramática, llegando a conclusiones reveladoras.
Una de las principales observaciones fue que aquellos alumnos con menor conocimiento en un área específica tendían a sobreestimar significativamente su propio rendimiento. Por el contrario, los alumnos con mayor conocimiento en esas mismas áreas subestimaban su competencia. Este fenómeno me parece crucial para entender cómo abordamos el aprendizaje y la evaluación de nuestras propias habilidades.
En mi experiencia, y tal como describen Dunning y Kruger, todos pasamos por una fase inicial de ignorancia en cualquier nuevo tema. En este punto, somos conscientes de nuestra falta de conocimiento y, por lo general, no hablamos mucho sobre ello. Sin embargo, al comenzar a adquirir cierta información, nos adentramos en lo que se conoce como el “monte de la estupidez”. En esta etapa, un conocimiento limitado y superficial nos lleva a creer erróneamente que sabemos mucho sobre el tema en cuestión2 . Es aquí donde observo que las personas tienden a hablar con gran seguridad y a emitir juicios categóricos, precisamente por no reconocer la vastedad de su propia ignorancia. Pienso que este fenómeno se manifiesta claramente en la actualidad con temas como la inteligencia artificial generativa, donde muchas personas con un entendimiento superficial se sienten capacitadas para opinar con autoridad.
Afortunadamente, existe una siguiente fase que Dunning y Kruger denominan la “pendiente de la ilustración”. En este punto, al profundizar en el estudio y analizar diversas perspectivas, comienzo a darme cuenta de la inmensidad de lo que aún desconozco. Esta осознание me lleva a ser más cauteloso en mis afirmaciones, abandonando expresiones absolutistas como “siempre” o “nunca”. Mi capacidad de escucha activa se incrementa, pues entiendo que puedo aprender de cualquiera y busco activamente las piezas de conocimiento que me faltan. Considero que este es el verdadero inicio de un aprendizaje significativo, donde la autocrítica sobre mi propio conocimiento se vuelve fundamental.
A medida que continúo profundizando en un tema, llego a lo que se podría llamar la “meseta de la sostenibilidad”. Aquí, mi conocimiento es considerable, lo que me permite hablar con cierta profundidad y confianza, aunque sin perder de vista que el aprendizaje es un proceso continuo. Siento una confianza equilibrada en mis conocimientos, siendo reflexivo y consciente de lo que sé, pero también de lo que me falta por aprender. Esto me facilita tener conversaciones profundas y reflexiones tanto con otros como conmigo mismo.
En conclusión, el efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo valioso para desarrollar mi capacidad de análisis crítico. Ser consciente de este efecto me ayuda a reconocer mis propias limitaciones y a adoptar una actitud de aprendizaje constante. Evito el uso de adverbios categóricos y me mantengo alerta ante aquellos que hablan con excesiva seguridad sobre temas complejos. Además, este efecto potencia mi metacognición, es decir, mi capacidad de conocerme mejor y ser consciente de lo que sé y lo que no sé6 . En definitiva, integrar la comprensión del efecto Dunning-Kruger en mi día a día fortalece mi análisis crítico y me permite navegar el conocimiento con mayor humildad y eficacia. El aprendizaje, como bien señala el estudio, es un camino sin un destino final definido.